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El triángulo de la sostenibilidad muestra los tres parámetros de sostenibilidad y sus diversas facetas. Tanto los fabricantes de sistemas como los usuarios quieren soluciones a largo plazo que sean respetuosas con el medio ambiente, seguras y asequibles. Los refrigerantes naturales tienen un bajo PCA y son eficientes, por lo que esperamos que se conviertan en la opción preferida siempre que sea posible; aunque la seguridad seguirá siendo un factor limitante a la hora de regular el uso de refrigerantes naturales y algunos HFC / HFO.

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La tendencia muestra una creciente aceptación de los refrigerantes A2L, ligeramente inflamables, especialmente ahora que se han incorporado a las nuevas normas ISO e IEC, que permiten tamaños de carga adecuados para sustituir a los HFC de alto potencial de calentamiento atmosférico. También vemos que los refrigerantes A3, altamente inflamables, se utilizan cada vez más, aunque en sistemas más pequeños: Los refrigerantes A3 también están respaldados por la nueva norma IEC 60335-2-89, que permite hasta 500 g de refrigerante A3 en sistemas herméticos. Para permitir mayores capacidades de refrigeración es necesario aumentar el tamaño de las cargas. Una nueva medida consiste en tener en cuenta la "carga liberable" en lugar de la carga completa del sistema a la hora de evaluar los LFL (niveles inferiores de inflamabilidad). Esto puede justificarse si determinadas partes del sistema pueden aislarse en caso de fuga. La nueva medida se utiliza en la (ed.7) IEC-60335-2-40.

El CO₂ se utiliza ampliamente en la refrigeración industrial y en los bastidores de refrigeración comercial en la UE, NAM, Australia y Japón. Creemos que esta tendencia, iniciada en Europa, acabará extendiéndose al resto del mundo.

Prevemos que el amoníaco seguirá teniendo una gran aceptación, sobre todo en aplicaciones de refrigeración industrial, aunque su toxicidad significa que requiere medidas de seguridad únicas. Existen sistemas de baja carga y son muy eficaces.

Esperamos que cada vez se utilice más una solución que utilice tanto CO₂ como amoníaco en cascada. Creemos que los hidrocarburos, muy eficientes energéticamente, desempeñarán un papel importante en los sistemas de baja carga de todo el mundo y, sobre todo, en la UE, donde se prevé un gran aumento de las bombas de calor aire-agua para uso doméstico, aunque de menor capacidad. Los hidrocarburos también aumentarán en chillers y bombas de calor a gran escala cuando los sistemas se coloquen en el exterior o en salas de máquinas. Creemos que los HFC no desaparecerán, sino que se limitarán a los de menor GWP y se combinarán con HFO, como ya está ocurriendo. Los HFC y los HFO están evolucionando hacia versiones más respetuosas con el medio ambiente, pero a menudo ligeramente inflamables, por lo que las precauciones de seguridad son aún más importantes. Es probable que el posible debate sobre los PFAS y las siguientes incertidumbres den lugar a algunas preferencias regionales por no utilizar gases fluorados. En conclusión, supone una gran diversidad de refrigerantes.

La demanda de refrigerantes de bajo GWP seguirá desafiando nuestra percepción actual de qué refrigerantes pueden utilizarse en determinadas aplicaciones, pero también impulsará las innovaciones en el diseño de sistemas.

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